El guía se detuvo frente
a una fuente y siguió hablando:
“Nos detenemos en esta fuente no tanto por su valor arquitectónico
o escultóricos sino por una leyenda popular. Bien, pues esta fuente se llama “La de los
enamorados”, porque cuentan las leyendas que aquí venía todas las mañanas el
panadero del condado, se subía encima y miraba hacia esa casa donde vivía una
linda muchacha. El panadero traía el pan de casa en casa en su bicicleta y tras
un largo paseo terminaba su reparto aquí para admirar a su amada. La señorita
en cuestión era la sobrina del Marqués. El amor pintaba en tragedia para
nuestro joven panadero, aún así no podía faltar ni un día a la cita de cruce de
miradas. Una mañana oscura, con nubes de tormenta amenazantes, el panadero se
acercó a la fuente pero la joven no apareció, esperó por largo rato hasta que
decidió subirse a lo alto del pilar de esta fuente. Justo cuando empezaba a
escalar, comenzó la lluvia a caer, le daba igual mojarse, solo quería ver sus
ojos. Al llegar arriba vio que la habitación de la muchacha no había nadie; desesperado
por su mala suerte no prestó atención a sus movimiento, al descender pisó mal y
cayó al suelo, perdiendo así la vida, en cierto modo, por amor.
Mientras tanto nuestra joven, ajena a la suerte de su amado
había partido a la capital a la boda de una prima segunda, a su regreso
descubrió que le había pasado al panadero. Se sentía extremadamente culpable porque
imaginaba que el panadero había ido allí a buscarla como cada mañana. Aquella
noche lloró hasta el amanecer y juró que no se casaría con nadie para honrar la
memoria de su enamorado. Y según dicen los ancianos del lugar la joven
envejeció sola, mirando desde la ventana a la fuente y en los días de tormenta se
dice que si miras desde ese pilar puedes ver a su fantasma…. Bueno, eso cuenta
la leyenda, puede ser cierto o no… lo que sí es cierto es que aquí suelen venir
las parejas a declararse para rendir homenaje a la sobrina del Marqués y al
panadero, incluso que algunos han encontrado el amor aquí… ¡¡uy!! Parece que
llueve, acompañarme por aquí que nos
refugiaremos en la iglesia, así os podre explicar con detalle el retablo…”
El guía continuó andando y hablando mientras uno de los
chicos miraba hacía la ventana, “¿realmente he visto una sombra o son imaginaciones
mías?” Se preguntaba. De todas maneras a ras de suelo no podía saberlo, para
ver mejor la ventana tendría que subirse por el pilar y….. “Vamos” le
interrumpió sus pensamientos una dulce voz, “dejé de mirar el pilar a ver si al
final le van a entran ganas de subir” El chico salió del ensimismamiento y
volvió al tiempo presente. Miró buscando su grupo, pero no lo veía “si buscas a
tu grupo acaba de entrar en esa iglesia, no deberías perdértela, es muy
bonita.” La chica dio media vuelta, pero repentinamente volvió a girar, “¡Ah! Y no
hagas mucho caso a ese guía, que siempre adorna mucho las historias, bueno me
presento, me llamo Teresa y la sobrina del Marqués era mi tatarabuela, disfrute de la visita”… "Espere", gritó el chico mirando la figura de aquella muchacha alejarse, “¿Qué pasó realmente? ¿Quién fue su tatarabuelo?”….. La chica se giró y dijo “¿Quién cree usted?”