domingo, 19 de octubre de 2014

La fuente de los enamorados

El guía se detuvo frente  a una fuente y siguió hablando:

“Nos detenemos en esta fuente no tanto por su valor arquitectónico o escultóricos sino por una leyenda popular.  Bien, pues esta fuente se llama “La de los enamorados”, porque cuentan las leyendas que aquí venía todas las mañanas el panadero del condado, se subía encima y miraba hacia esa casa donde vivía una linda muchacha. El panadero traía el pan de casa en casa en su bicicleta y tras un largo paseo terminaba su reparto aquí para admirar a su amada. La señorita en cuestión era la sobrina del Marqués. El amor pintaba en tragedia para nuestro joven panadero, aún así no podía faltar ni un día a la cita de cruce de miradas. Una mañana oscura, con nubes de tormenta amenazantes, el panadero se acercó a la fuente pero la joven no apareció, esperó por largo rato hasta que decidió subirse a lo alto del pilar de esta fuente. Justo cuando empezaba a escalar, comenzó la lluvia a caer, le daba igual mojarse, solo quería ver sus ojos. Al llegar arriba vio que la habitación de la muchacha no había nadie; desesperado por su mala suerte no prestó atención a sus movimiento, al descender pisó mal y cayó al suelo, perdiendo así la vida, en cierto modo, por amor.

Mientras tanto nuestra joven, ajena a la suerte de su amado había partido a la capital a la boda de una prima segunda, a su regreso descubrió que le había pasado al panadero. Se sentía extremadamente culpable porque imaginaba que el panadero había ido allí a buscarla como cada mañana. Aquella noche lloró hasta el amanecer y juró que no se casaría con nadie para honrar la memoria de su enamorado. Y según dicen los ancianos del lugar la joven envejeció sola, mirando desde la ventana a la fuente y en los días de tormenta se dice que si miras desde ese pilar puedes ver a su fantasma…. Bueno, eso cuenta la leyenda, puede ser cierto o no… lo que sí es cierto es que aquí suelen venir las parejas a declararse para rendir homenaje a la sobrina del Marqués y al panadero, incluso que algunos han encontrado el amor aquí… ¡¡uy!! Parece que llueve, acompañarme por aquí  que nos refugiaremos en la iglesia, así os podre explicar con detalle el retablo…”


El guía continuó andando y hablando mientras uno de los chicos miraba hacía la ventana, “¿realmente he visto una sombra o son imaginaciones mías?” Se preguntaba. De todas maneras a ras de suelo no podía saberlo, para ver mejor la ventana tendría que subirse por el pilar y….. “Vamos” le interrumpió sus pensamientos una dulce voz, “dejé de mirar el pilar a ver si al final le van a entran ganas de subir” El chico salió del ensimismamiento y volvió al tiempo presente. Miró buscando su grupo, pero no lo veía “si buscas a tu grupo acaba de entrar en esa iglesia, no deberías perdértela, es muy bonita.” La chica dio media vuelta, pero  repentinamente volvió a girar, “¡Ah! Y no hagas mucho caso a ese guía, que siempre adorna mucho las historias, bueno me presento, me llamo Teresa y la sobrina del Marqués era mi tatarabuela, disfrute de la visita”… "Espere", gritó el chico mirando la figura de aquella muchacha alejarse, “¿Qué pasó realmente? ¿Quién fue su tatarabuelo?”….. La chica se giró y dijo “¿Quién cree usted?”